
El pasado sábado, tras diez meses de negociaciones, el primer ministro Tamam Salam finalmente consiguió conformar un gabinete, en medio de una de las crisis más importantes que vive el Líbano desde el fin de la guerra civil en 1990. Designado en marzo de 2013 tras la renuncia de Najib Miqati, se ha mostrado listo para cumplir con su tarea. Al ya complejo orden político libanés y las hostiles relaciones entre los dos grupos parlamentarios antagónicos, 14 de Marzo y 8 de Marzo, se sumaron a lo largo de estos meses los constantes derrames de la guerra civil siria en el territorio libanés. En medio de un gobierno de ministros con renuncia presentada y escaso margen de maniobra, y un Parlamento literalmente paralizado, el país tuvo que hacer frente a ataques terroristas organizados por el integrismo islámico, el involucramiento de la milicia libanesa Hezbolá en el conflicto de Siria, una catástrofe humanitaria en el vecino país que implicó la entrada al Líbano de un millón de sirios y la suspensión de las elecciones parlamentarias de 2013, vulnerando los derechos constitucionales de la población.
Tamam Salam prefería un gabinete neutral, integrado por técnicos y especialistas, pero al ponerse de manifiesto el rechazo de los grupos políticos, optó por un gobierno de unidad nacional, respetando el esquema 8-8-8: ocho bancas para 14M, otras tantas para el 8M y las restantes en igual cantidad para la confusa categoría de «independientes». Los grupos se dividieron del siguiente modo:
– Independientes: Primer Ministro, Defensa, Salud, Agricultura, Medio Ambiente, Desplazados, Acción Social y Juventud y Deportes. Son 3 musulmanes sunitas, 1 musulmán chiíta, 2 drusos (que se cuentan entre los musulmanes), 1 cristiano ortodoxo y 1 cristiano católico. Esta configuración fue consensuada entre el presidente de la República y el dirigente druso Walid Jumblatt, que lidera el socialismo.
– 14 de Marzo: Interior, Telecomunicaciones, Trabajo, Turismo, Información, Justicia, Economía y un ministro sin cartera. Son 2 musulmanes sunitas, 4 cristianos católicos, 1 cristiano protestante y 1 cristiano ortodoxo. Los principales partidos de la coalición son Movimiento del Futuro, que representa el legado del primer ministro Hariri, asesinado en 2005, junto con Kata’eb y los karamistas. Uno de sus principales aliados, Fuerzas Libanesas, se negó a participar de un gabinete que implicase la presencia de Hezbolá.
– 8 de Marzo: Relaciones Exteriores, Industria, Finanzas, Obras Públicas y Transporte, Energía, Cultura, Educación y un ministro sin cartera. Son 4 musulmanes chiítas, 3 cristianos católicos y 1 cristiano ortodoxo. Lidera este grupo Hezbolá, guiado por el clérigo Hassan Nasarallah y fuertemente vinculado a Irán, metido de lleno en el conflicto sirio. Junto a él están el partido Amal, que ocupa la presidencia del Parlamento desde 1984, y el Frente Patriótico, que encabeza Michel Aoun, además de otros partidos menores.

Los desafíos que se yerguen ante el nuevo gabinete son gigantescos: la organización de las elecciones presidenciales de marzo y las parlamentarias de noviembre, la impactante crisis económica, que empuja cada vez más a los jóvenes libaneses a emigrar al exterior, la desvinculación del poderoso Hezbolá del conflicto en Siria en virtud de los acuerdos de 2012, el sometimiento de los grupos terroristas que han difundido el terror entre la población civil, modificando sus hábitos, y el modo de lidiar con el enorme número de sirios refugiados principalmente en el este del país.